TOMA DE CONCIENCIA DE UNA HISTORIA EMPEZADA "HACE MIL AÑOS"

Pronunciada primero, luego escrita, la palabra pasó de boca en boca, siguió de mano en mano, de cera en pergamino, de papel en papel, de tinta en tinta... ( ...)" yo la recojo..." ( "La palabra" de Ángel González)

miércoles, 24 de enero de 2018

En las tierras altas. Machado. POEMA DE LA SEMANA.



Este poema, pertenece a su obra Campos de Castilla compuesta en el año 1912.
Este poema recoge los sentimientos y el traslado de ciudad que sufrió Machado a raíz de la muerte de su esposa en 1912, el recuerdo de la cual le inspiró una serie de poemas que fueron englobados en las sucesivas ediciones de Campos de Castilla.
El cambio de residencia le supuso un reencuentro con su Andalucía natal “Por estos campos de la tierra mía”.El tema principal de este poema trata sobre el recuerdo de la tierra Soriana por la que el autor sueña pasear con Leonor. El poema narra paisajes de la tierra Soriana por la que el autor imagina pasear en compañía de Leonor, hasta que la realidad le devuelve a su estado anímico normal.
El texto se divide en tres partes:
a) Del verso 1 al 6. En esta parte Machado recuerda en sueños el paisaje sobrio, triste, “plomizo” de Soria.
b) Del 7 al 10. Invita a Leonor a observar el paisaje y a pasear con él.
c) Del 11 al 14. Machado despierta del sueño y nos transmite su estado anímico “solo, triste, cansado, pensativo y viejo” en el que se encuentra tras la muerte de Leonor.
En cuanto a figuras retóricas encontramos:
– Metáforas: “su curva de ballesta/ en torno a Soria”, para referirse al curso del río a su paso por Soria; “bordados de olivares”, para referirse a los campos bellos como un bordado…
– Interrogación retórica: “¿No ves, Leonor, los álamos del río con sus ramajes yertos?”

HISTORIA DE UNA ESCALERA, BUERO VALLEJO

ANTONIO BUERO VALLEJO (1916-2000)

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   Buero es, ante todo, un TRAGICO. Para él la tragedia tiene doble función:

a)    Inquietar: plantear reflexiones al espectador sobre temas trascendentales de la condición humana.
b)    Curar: no imponer soluciones, dejando siempre una puerta abierta a la esperanza.

   Buero pretende, pues, que los espectadores piensen y, al mismo tiempo, se consuelen. Nunca pretende provocar la irritación.

TEMÁTICA GENERAL Y ENFOQUES

   La temática de sus obras siempre es la condición humana ante la que interroga. Sus obras tienen mucho de investigación y desvelamiento de las limitaciones de la personalidad humana: la búsqueda de libertad, de felicidad, de autenticidad, pero dentro de su mundo cotidiano concreto, nunca en abstracto.
   Esta temática la enfoca en dos planos: el plano existencial (meditación sobre la condición humana); el plano social (denuncia de las injusticias sociales concretas, directamente relacionadas con la situación concreta de la España de la época). Estos dos planos aparecen entremezclados en sus obras.

TRAYECTORIA

   Atendiendo a los contenidos o enfoques de sus obras, en la trayectoria de Buero pueden señalarse, en general, tres etapas:

1.    La primera época (paralela a los años de búsqueda y el primer realismo social) iría hasta 1957 y predomina en ella el enfoque existencial.
Además de su primera obra Historia de una escalera (1949), en donde presenta a tres generaciones de varias familias modestas, con todos sus problemas de frustración, tanto por el peso del medio social como por la debilidad de los personajes, escribe las siguientes obras: En la ardiente oscuridad (1950), La tejedora de sueños (1952), Hoy es fiesta (1956) y Las cartas boca abajo (1957).

2.    La segunda época, que abarcaría desde 1958 a 1968-70, es paralela al realismo social.
El predominio del enfoque social no supone un descanso en la atención por el individuo concreto, pero ahora se insiste más en las relaciones entre el individuo y su entorno. Los actos individuales quedan enmarcados en un tiempo y unas estructuras sociales concretas y se hace hincapié en las raíces y las consecuencias sociales de los actos (aunque todo ello dentro de los límites que le permite la censura). En esta época cultiva reiteradamente cierto tipo de “drama histórico”, aunque en estas obras la anécdota histórica es sobre todo un pretexto para plantear problemas actuales sorteando a la censura. Destacan sus obras: Un soñador para un pueblo (1958), Las Meninas (1960), El concierto de San Ovidio (1962), El sueño de la razón (1970) y El tragaluz (1967), que tiene también algo de histórico, aunque se sitúe en el presente y haga alusión a la historia reciente (la guerra civil y sus secuelas).

3.    La tercera época, que se inicia hacia 1970. Algunos críticos la consideran más como de continuación o intensificación de la etapa anterior. Buero no quiere permanecer al margen de las inquietudes experimentales que proliferan en estos años.
Destacan obras como: La llegada de los dioses (1971), La detonación (1977), La fundación (1974), que nos introduce en una celda de presos políticos, donde se reflexiona sobre el compromiso con la realidad, la lucha por transformarla, el ideal de libertad, etc.
Lo más destacable de esta etapa en cuanto a los temas es que los contenidos sociales y políticos se hacen más explícitos. En cuanto a la técnica, las novedades escénicas son importantes: es primordial el desarrollo que alcanzan los llamados “efectos de inmersión” (recursos de sonido, luz... que hacen “oír” o “ver” las cosas tal como las imagina o percibe un personaje, a la vez que se logra, así, expresar la subjetividad y se propicia una participación más intensa del espectador).

ESTUDIO DE HISTORIA DE UNA ESCALERA

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   En 1949 presentó su obra Historia de una escalera al premio “Lope de Vega” y lo ganó. El estreno fue un acontecimiento en el teatro de posguerra y significó la aparición de un nuevo teatro, cargado de profundas preocupaciones, en una línea existencialista, frente al teatro de evasión, más generalizado en aquel momento.
   Desde entonces, y a pesar de ciertos problemas de censura, sus obras se han representado sin cesar. En dos convocatorias sucesivas –1956 y 1957- se le otorgó el Premio Nacional de Teatro.

ARGUMENTO:
   La obra describe la fatalidad que persigue a los vecinos de una casa modesta, quienes no pueden, de ninguna manera, mejorar su condición social de “pobres”: tres generaciones (primera: Doña Asunción, Paca, etc.; segunda: Fernando, Urbano, Carmina, Elvira, etc.; tercera: Fernando hija, Carmina hija, etc.) están condenadas a vivir en la mediocridad, a la sombra de la escalera de una casa de vecindad. Este hecho supone el fracaso continuo de los personajes, por un lado como componentes de una sociedad que no tiene esperanzas de mejora, por otro, como seres individuales que se condenan ante la imposibilidad de ver realizados sus sueños. Además, esta situación llevará a algunos de ellos a la desgracia. Buero termina la obra con un final abierto: ¿podrán Fernando y Carmina hijos, a través de un amor prohibido por sus padres, librarse de la escalera, de la mediocridad de esas vidas?

TEMA CENTRAL Y MOTIVOS SECUNDARIOS:
   La impotencia, el fracaso y la frustración –núcleo temático- acompañan desde el comienzo a los protagonistas, quienes intentan, inútilmente, salir de la situación en que se encuentran. El medio social en el que se desenvuelven y sus propias circunstancias personales les impiden realizar sus ambiciones. En la obra se presenta la vida de tres generaciones en un proceso cerrado, caracterizado por dos sentimientos: la desilusión y el fracaso, aunque parece que al final Fernando y Carmina hijos podrán romper el círculo antes de que también a ellos les alcance el fracaso colectivo.
   Los motivos secundarios son las causas (directas o indirectas) del fracaso y de la frustración de los personajes; son los siguientes:
q  La pobreza y la resignación (a pesar de que no llegan a un estado de necesidad, los vecinos son pobres).
q  El amor (se ha dicho que la obra es “el drama del amor frustrado”).
q  La cuestión social (es una obra testimonio de los problemas de la España de 1919-1949).
q  El tiempo (el paso inevitable del tiempo revela el fracaso de estos seres que, como ellos mismos presienten en el 1º Acto, jamás verán realizadas sus ilusiones juveniles).
q  La incomprensión entre padres e hijos (la cita bíblica que encabeza el drama ya alude al choque generacional).


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PERSONAJES:
   Buero muestra una gran preocupación por el comportamiento del hombre. El autor realiza una caracterización tan completa de sus personajes que algún crítico califica su teatro de “psicológico”.
   Aunque los personajes están perfectamente dibujados, es la comunidad de vecinos, es decir, la colectividad, la auténtica protagonista de la historia. En este drama de familias se repiten a lo largo de tres generaciones las mismas pautas de comportamiento. La personalidad de los hijos es un eco de la de sus padres, y aquellos transmiten, a su vez, la herencia que han recibido. No obstante, algunos de los personajes producen la impresión de que sobresalen más que otros, es el caso de Fernando –que en el 1ª Acto parece ser el protagonista, aunque después queda relegado a un segundo plano-, así como el de Urbano, Carmina y Elvira.
   La caracterización de los personajes se plantea a través de dos modos diferentes:
q  Caracterización directa, por la cual el propio personaje revela su forma de ser al espectador a través de su imagen y sus palabras.
q  Caracterización indirecta, por la cual conocemos al personaje a través de lo que otros dicen sobre él y a través de las acotaciones.
   Buero utiliza además la técnica de establecer contrastes y paralelismos entre personajes. Así, por ejemplo, opone la figura obesa de la señora Paca a la alta y delgada de doña Asunción, etc.


ESPACIO:
   El espacio escénico no varía a lo largo de toda la obra. Se trata de un espacio interior y cerrado, pero no es, como ocurre normalmente, una habitación, sino el rellano y un tramo de la escalera de una “casa modesta de vecindad” situados en el quinto piso.
   Buero concede tal importancia a la escalera que incluso en una ocasión hace que el escenario permanezca vacío unos instantes, indicando en la acotación que “la escalera queda sola”. Todos los personajes se sienten ligados a ella; algunos la odian; otros, la consideran una vieja compañera.
   No se sabe exactamente en qué ciudad se desarrolla la obra, aunque la mayoría de los críticos se inclinan a creer que se trata de Madrid.

TIEMPO:
   La vida de los vecinos transcurre sin grandes cambios a lo largo de treinta años. Para presentar la acción, el autor elige tres días cualesquiera de ese largo período. Los acontecimientos más interesantes de las vidas de los personajes ocurren precisamente en el tiempo que no ha sido llevado a escena por Buero. El espectador conoce sólo las consecuencias de las decisiones adoptadas por aquellos en algún momento transcurrido entre un acto y otro.
   Cada acto representa el “tiempo presente” de los personajes; frente a ese presente se levantan dos fuertes sentimientos : el recuerdo de un pasado feliz y la esperanza de un futuro mejor. El espectador, entonces, comprende cuánto se parecen el pasado, presente y futuro de esos personajes.
   Aunque no se da una fecha precisa, Buero hace coincidir el final de la obra con “nuestra época”, lo que remite al momento del estreno, 1949. De ese modo se localizan en el tiempo los dos actos anteriores: veinte años antes el segundo (1929) y treinta años antes el primero (1919).

ESTRUCTURA:
   La estructura externa mantiene la división clásica de los tres actos aunque tal estructura no se corresponda con el esquema clásico de planteamiento, nudo y desenlace.
   La obra presenta una estructura interna. En los tres actos hay una violenta disputa (en cada caso aumenta la intensidad y el número de personajes) y una declaración amorosa. La obra está construida sobre una red de repeticiones y paralelismos que le dan unidad. Estas repeticiones obligan al espectador a comparar lo que ve representado en ese momento con lo visto antes.

ESTILO Y TÉCNICAS TEATRALES:
   La característica principal de los diálogos de la obra es la recurrencia. Se tiene la sensación de que los personajes podrían estar hablando de los mismos asuntos acto tras acto e, incluso, parece que se continúan diálogos comenzados en un acto anterior. Por otra parte, Buero suele utilizar un diálogo de respuestas e intervenciones breves que se caracteriza por su tono fuerte, los abundantes insultos y la economía verbal típica del habla coloquial.
   En cuanto al lenguaje, a Buero le interesa que sea captado fácilmente por el espectador, de ahí que no utilice ideas rebuscadas o conceptos oscuros, ni las frases muestren complicaciones sintácticas. Pretende, además, reflejar la imagen real de una época a través del lenguaje de los personajes, a cuya situación socio-cultural responde su forma de expresarse. No hay grandes diferencias en el habla de unos y otros, ya que todos pertenecen, prácticamente, a la misma clase social, existen, no obstante, algunas peculiaridades del habla que se deben a la personalidad de cada protagonista.

INTERPRETACIÓN Y SENTIDO:
   La mayoría de los críticos opina que esta obra es un reflejo de la realidad española de los años cuarenta, y que Buero fue el primero en plasmar su problemática en una obra teatral (prácticamente, todas las obras del autor tratan de reflejar, de una u otra forma, la sociedad española contemporánea). España atravesaba una penosa situación después de la guerra civil; la frustración de los personajes de la obra se extendía a una gran parte de la población española.

   Debido a la censura, en esta obra no se hace ninguna referencia a la guerra civil, que transcurrió en el intervalo de tiempo entre el 2ª y 3º Acto; pero el público de 1949 tenía el hecho muy presente y entendía algunas de las alusiones indirectas de los personajes.


Aquí os dejo una representación de la obra, por si os animáis para recordarla antes del examen.




 
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