TOMA DE CONCIENCIA DE UNA HISTORIA EMPEZADA "HACE MIL AÑOS"

Pronunciada primero, luego escrita, la palabra pasó de boca en boca, siguió de mano en mano, de cera en pergamino, de papel en papel, de tinta en tinta... ( ...)" yo la recojo..." ( "La palabra" de Ángel González)

domingo, 15 de diciembre de 2013

Romance del Prisionero : una joya de nuestra tradición


1. El romancero viejo.

 Llamamos Romancero viejo al inmenso conjunto de romances que cantaban  los juglares y  el pueblo desde mediados o fines del siglo XIV, y a lo largo de todo el siglo XV. Es una poesía de tradición oral y de carácter narrativo, regida por las dos fuerzas que rigen la poesía popular: la conservación y la renovación.

2. Conservación de los romances.
 La atención que, a partir del siglo XV , merece a los humanistas renacentistas la poesía popular como cercana al ideal del hombre primitivo, ha hecho que se conserven numerosos romances. Estos nos han llegado por varios caminos:

 cancioneros manuscritos, como el famoso Cancionero musical de Palacio (finales del s. XV), que conserva las canciones de la corte de los Reyes Católicos; contiene 38 romances.
antologías impresas, como el Cancionero general recopilado por Hernando del Castillo y publicado en 1511; entre sus muchos poemas, hay 48 romances; hubo muchas de estas antologías. También fue importante el Cancionero de Londres (1471-1500) que incluye tres textos significativos como fueron Rosaflorida, El conde Arnaldos y El caballero burlado.
 romanceros, volúmenes formados exclusivamente por romances,  Según Di Stefano, “La difusión impresa del romancero antiguo en el siglo XVI” fueron 54 cancioneros y romanceros con un total de 104 ediciones.

Sin embargo, El Romancero nuevo desplaza al viejo en el gusto del público e invade libros y pliegos. El gran auge del Romancero viejo, en lo que se refiere a su publicación masiva, termina hacia 1580.

     Pliegos sueltos; eran cuadernillos de ocho, dieciséis y hasta treinta y dos hojas, que se vendían por ferias y ciudades, a muy bajo precio; por su fragilidad, se han perdido en su mayor parte: hoy se conservan sólo unos doscientos cincuenta del siglo XVI, en diversas bibliotecas del mundo, que los guardan como objetos preciadísimos. El más antiguo de los conservados parece estar editado en Zaragoza en torno a 1506. Estos pliegos antiguos se conservan en algunas bibliotecas españolas (Biblioteca Nacional de Madrid) o extranjeras (Universidad de Praga, Universidad de Cracovia), así como en bibliotecas particulares.
      La tradición oral moderna; en efecto, el pueblo continuaba hasta hace poco aún cantando romances; se han recogido en la península, en Canarias, en Hispanoamérica, entre los judíos sefardíes repartidos a lo largo del Mediterráneo y entre los hispanos en Estados Unidos.

 3. Origen de los romances. Los romances fueron originariamente fragmentos de de un cantar de gesta que el público hacía repetir al juglar, porque le gustaban especialmente, y que luego eran cantados como poemillas autónomos. Los versos del cantar que se fijaron en 16 sílabas rimando todos con una sola rima, se dividieron en versos de 8 sílabas y, por tanto, con rima en los pares quedando sueltos los impares.
      Más tarde, esos fragmentos constituyeron un género aparte y los poetas compusieron centenares de romances inventados como tales, es decir, ya no desgajados de un cantar de gesta.
      Los temas se ampliaron, e hicieron su entrada en el género, junto con los temas de las gestas antiguas (es decir, de los siglos XII, XIII y XIV) otros temas: hechos actuales de la Reconquista, asuntos novelescos, peripecias de los personajes épicos franceses, y hasta asuntos puramente líricos, bíblicos, religiosos, etc.
      Tal es la tesis tradicionalista, sustentada por Ramón Menéndez Pidal y su escuela; según dicha tesis, habría continuidad entre los cantares y los romances; de aquellos se habría pasado a estos, como eslabones de una misma cadena.
      Frente a la tesis tradicionalista se ha alzado la tesis individualista. Sostiene que los romances fueron creados desde un principio como género independiente de los cantares de gesta. Parece que los romances a los que cabe atribuir fecha más antigua son líricos o novelescos, no épicos. El género surgió por una acto de invención de algún poeta, que obtuvo un éxito fulminante.

 4. Definición de romance“un romance es una canción narrativa (…) A grandes rasgos se puede decir que se trata de una composición con un número indeterminado de versos de dieciséis sílabas (o de doce: romancillo) y rima asonante (monorrima) que relata con un estilo propio, una historia de interés general y que, por lo tanto, es retenida y repetida por una parte de aquellos que la oyen, difundiéndose así en el tiempo y en el espacio. 

5. Función del romance:

      El entretenimiento. La primera y más importante función del romance es narrar una historia interesante de una manera atractiva y fácilmente comprensiva para la comunidad. Para que esta historia sea apreciada tiene que ser verosímil y estar fincada en la realidad; también tiene que tratar temas del dominio público (incesto, adulterio, venganza, etc) o tratar de personajes o hechos conocidos (el Cid, las guerras de frontera, la muerte del hijo del rey, etc. (…) Pero el juglar también inventa y mucho desde personajes a hechos. El juglar, poeta al fin, borda sobre el cañamazo de la historia, mezcla ficción y realidad, falsea, quita, añade…

     Función noticiero de propaganda lo que significa dar a conocer hechos de la historia más o menos reciente, aunque no hay que entender que sean totalmente fieles a la realidad histórica, sino que utiliza la historia para bordar sobre ella y construir con más o menos dosis de fidelidad. El juglar utiliza la historia pero también inventa mucho: desde personajes a hechos. El juglar, poeta al fin y al cabo, mezcla ficción y realidad, falsea, añade, quita… La noticia y el cuento están muy relacionados pero predomina el segundo aspecto. La tradición oral va desgastando la parte histórica, y con el paso del tiempo los datos reales quedan como elementos aislados. Se pierden en general sus coordenadas históricas y queda en el terreno impreciso del pasado. Es de destacar, la conservación de topónimos que aparecen con frecuencia en los textos. o La función principal de los romances es el entretenimiento pero sirven también para acompañar las tareas del campo o del trabajo en grupo, en las romerías, en las peticiones de aguinaldo, en fiestas religiosas, como distracción durante las faenas domésticas, para entretener a los niños e incluso para arrullarlos.

 6. Clases de romances:

     Históricos o noticieros: se refieren a hechos contemporáneos, generalmente tratan de sucesos correspondientes al siglo XV, aunque los hay anteriores. Una variedad de estos son los fronterizos, que abordan historias de la frontera entre los reinos musulmanes y cristianos.

      Épicos: desarrollan temas propios de las canciones de gesta. Sus protagonistas pueden ser el Cid, los infantes de Lara, Fernán González… Una variedad son los carolingios que tienen como eje los personajes del ciclo de Carlomagno y Roldán.

     Líricos o novelescos: suelen contar historias de amor, y en ellos tienen las mujeres un protagonismo fundamental. Recogen historias de leyendas medievales francesas y tienen gran calidad literaria

7. Características del estilo de los romances:

Esencialidad e intensidad: se elimina todo lo secundario o superfluo para obtener la máxima expresividad.
Naturalidad: lenguaje sencillo y claro, que busca la comunicación con los oyentes.
Dramatismo: en muchos se utiliza el diálogo, que se mezcla con la narración, lo que les da gran viveza. Intemporalidad: el uso de los tiempos verbales (especialmente el uso del pretérito imperfecto, los hace propios de cualquier tiempo histórico, y le añade una nota de irrealidad.

  8. Lenguaje de los romances:

Locuciones arcaicas que provienen de la tradición épica.
Lenguaje formular (propio de la composición oral). Cada fórmula o tópico se adapta a la situación concreta en que se usa.
Recurso de la repetición sintáctica ( “Si lo haces como bueno/serás de ellas muy honrado,/si lo haces como malo/serás de ellas ultrajado”) y semántica. En este caso puede referirse a simples palabras (“Abenámar, Abenámar…”; “Mercedes, el rey, mercedes“.
 Repeticiones no textuales son aquellas en que se utilizan palabras semejantes, palabras de conceptos análogos que expresan una misma idea, como “llorando y gimiendo”; “miedo y pavoría”; “niño y muchacho”.
 Paralelismos en sus dos fórmulas principales: variado por sinonimia o variado por inversión: " ¿De qué vos reís, señora?/¿de qué vos reís, mi vida? " ¿Qué hacéis, Virgilios? / ¿Virgilios, aquí que hacéis?.
Uso de la antítesis o contraposición: " Todos se visten de verde/el obispo de azul y blanco". " Vega abajo, vega arriba" " Como menguaba y crecía" "De las cartas placer hubo,/ de las palabras pesar.
La enumeración. Hay pocos romances que no la utilicen en sus varias modalidades: " Tres hijuelos había el rey…/el uno se tornó ciervo,/el otro, se tornó can,/el otro se tornó moro,/ pasó las aguas del mar". "¿Qué castillos son aquéllos?/ ¡Altos son y relucían!/El Alhambra era, señor,/y la otra la Mezquita/ los otros los Alixares, /labrados a maravilla… /El otro es Generalife, /huerta que par no tenía/ el otro Torres Bermejas,/ castillo de gran valía".
 Sobriedad e impersonalidad de tono que se manifiesta en el uso parco de los adjetivos y en la preferencia por la acción frente a la descripción.
 La mayor parte de los romances empiezan “in media res” sin alusión a sus antecedentes o entorno, y muchos de ellos concluyen antes de que la acción haya sido llevada al término. Esto es lo que se ha llamado “saber callar a tiempo” propio de finales repentinos (o truncados).
Mezcla de partes narrativas con partes dialogadas lo que le da un intenso dramatismo y viveza.

 Ahora vamos a ver uno de los romances más famosos de nuestra literatura . 






Romance del prisionero

Que por mayo era, por mayo,      1
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria             5
y responde el ruiseñor,                
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión,               10
que ni sé cuándo es de día       
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba al albor.
Matómela un ballestero;                15
déle Dios mal galardón.

                 Ramón Menéndez Pidal
                 Flor nueva de romances viejos

Comentario de texto
“Romance del Prisionero”

Este poema es anónimo, y pertenece al Romancero Viejo, que es un conjunto de poemas anónimos compuestos durante los siglos XIV y XV.

Se trata de un romance lírico, ya que presenta el estado de ánimo en que se encuentra el protagonista del romance, es decir el prisionero, por el hecho de estar encerrado en una prisión.
El prisionero habla de su situación en primera persona y no es más que  un monólogo interior del prisionero en el que expresa sus sentimientos por la falta de libertad que tiene estando en la prisión. Un hecho importante es que el protagonista sabe cuándo es de día y cuándo de noche gracias al canto de una avecilla, pero la muerte del animal deja totalmente solo y aislado del mundo exterior al prisionero.

Posiblemente el poema más recitado de nuestra literatura, y vemos, de nuevo, que no caduca: sin libertad, no hay salida.
Esta versión de Joaquín Díaz es la unión de la música tradicional con la tradición literaria de nuestra Península.

Espero que os guste.

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